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¿Qué es el co-design? Algunas ideas sobre esta beneficiosa práctica

 
co-design

La práctica del co-diseño permite al usuario participar en todo el proceso de desarrollo de un proyecto de diseño a través de una interacción directa con el equipo de diseño. Esta perspectiva se basa en la creencia de que las personas son creativas y buscan maneras de expresar su creatividad (véase el ejemplo de YouTube, Facebook, Pinterest, etc.) y que los usuarios son especialistas de sus propias experiencias, con diferentes puntos de vista que contribuyen al proceso de innovación y diseño. De hecho, el co-diseño requiere un enfoque creativo e iniciativa, tanto por parte de los investigadores, diseñadores y clientes como por parte de las personas que en última instancia se beneficiarán de la experiencia de co-diseño.

Además, el co-diseño fomenta la relación usuario/diseñador: la confrontación con los usuarios a menudo actúa como una fuente de inspiración y aumenta la empatía hacia ellos. La información necesaria pasa directamente del usuario al diseñador, aumentando así el potencial para la comprensión de las diversas dimensiones del artefacto inherente a cada proyecto.

Implicaciones del co-design y el concepto de interdisciplinariedad

Así pues, el proceso de diseño se convierte en una experiencia interdisciplinar en el que cada interviniente tiene un papel  importante y también contribuye al proyecto, con independencia de su entorno social, cultural o profesional. La asociación con los usuarios garantiza  su inclusión en el desarrollo del conocimiento, la creación de la idea conceptual y desarrollo de productos, cuyo objetivo final es servir mejor a los propios usuarios. Esta perspectiva promueve el conocimiento de las necesidades, preferencias, deseos, creencias, origen, los valores ideológicos y éticos de los usuarios, obligando a los diseñadores a orientarse hacia una mayor investigación empírica, presentando soluciones derivadas de una comunicación permanente y bidireccional con los que van a utilizar su proyecto.

La necesidad de diseñar artefactos cada vez más adaptados al ser humano y al contexto local, con significado y el valor, hace que sea necesario, para realizar el pleno potencial de la innovación, un enfoque interdisciplinario para diseñar incluidos, también, los riesgos inherentes a tal procedimiento al considerar su estructura compleja de conocimiento y comunicación.

El concepto de interdisciplinariedad se convierte de este modo en más comprehensivo en el contexto de co-diseño, puesto que además de integrar las diversas perspectivas de diferentes disciplinas académicas, también incorpora la diversidad de opiniones y experiencias de los diferentes actores involucrados.

Por tanto, es claro que el enfoque adoptado hasta la fecha para la práctica del  diseño, no puede responder a la complejidad de los retos que asume el artefacto. No somos sólo productos de diseño, estamos planificando futuras experiencias de las personas, comunidades y culturas, que están  interconectadas e informadas, cosa  inimaginable hace diez años. Necesitamos prácticas más integrales de diseño con enfoques que se centran en las necesidades de las comunidades, para identificar oportunidades que se ajusten a sus futuras experiencias.

Como se mencionó anteriormente, los elementos clave en un proyecto implican al  usuario, al propio  artefacto y a su contexto. Sin embargo, la participación de los usuarios también representa un paso radical en la actual práctica del diseño, las diversas dimensiones de los objetos se transforman en una entidad extremadamente compleja, sujeta a variables enormes, no siempre fácil de enmarcar y descifrar y el contexto, deviene una entidad en constante cambio que encierra una diversidad cultural, social, histórica, ambiental y económica, difícil  de interpretar.

En este sentido, el diseñador no llama ya sólo artefactos en sí, sino entornos y sistemas capaces de satisfacer las necesidades futuras de las personas como los lugares y la existencia, lugares de ocio y de la fantasía, la contemplación, el descubrimiento y caminar, relajación, es decir, lugares de apoyo para la vida colectiva. El diseñador lidia con nuevas formas de participación en el diseño de artefactos que aprovechan las nuevas tecnologías para crear nuevos productos y servicios, con iniciativas como la open innovation y las de crowdsourcing para el desarrollo de nuevas ideas, donde el usuario está claramente llamado a participar en el proyecto de diseño, convirtiéndose en uno de los creadores del proceso. Estas cuestiones exigen el concepto de co-diseño y un posicionamiento claro del papel del diseñador en los procesos interdisciplinarios.

Dra. Sofía Aguas

Diseñadora e Investigadora asociada al Grupo de Investigación Consolidado Arte Ciudad Sociedad / Centro de Investigación POLIS, cuyo Investigador Principal es Antoni Remesar, Coordinador del Grado de Diseño de UNIBA.

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