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M-learning: movilizándonos en el aula y fuera

 

Un torbellino de innovaciones sopla con fuerza cada año en el Mobile World Congress (MWC) que se celebra en Barcelona y en esta edición nos trae, entre otros, grandes avances en realidad virtual, la ya pronta desaparición de las tarjetas SIM, el potencial del grafeno para sensores y chips, el venidero 5G e incluso avances en robótica. Todas ellas nos facilitarán en unos años muchas tareas diarias con dispositivos móviles más potentes que permitan más prestaciones de las que ya nos aportan los actuales dispositivos móviles.

 

 

Con nuestros teléfonos inteligentes, ahora hacemos múltiples actividades. Se han convertido en algo mucho más que un teléfono – desde el que casi ni llamamos-, ya que lo usamos más para consultar la web, llevar nuestra agenda, whatsappear, geolocalizar sitos favoritos, consultar mapas para el tráfico o para saber cómo llegar a nuestro destino, mirar la hora o usarlo de despertador, para jugar, para escuchar música, para ligar, para ver la televisión, para hacernos un selfie o grabar en vídeo un acontecimiento en la calle que subiremos a nuestra red social favorita para compartirlo con nuestros amigos, etc. Estos dispositivos se han convertido en la extensión de nosotros mismos, o como dicen algunos, en la extensión de nuestra alma, y están transformando la manera de comportarnos, de comunicarnos y de interactuar con los demás.

Móvil es todo”, el tema central de esta edición del MWC, y todo es móvil. Esto se hace cada vez más patente en el uso que hacemos de estos dispositivos desde que nos levantamos hasta antes de ir a dormir. Asimismo, en el ámbito educativo los profesores y estudiantes no estamos ajenos a este fenómeno y estos dispositivos se están convirtiendo en esenciales en nuestras aulas y fuera de ellas.

El aprendizaje móvil (m-learning, en inglés) ya hace tiempo que ha entrado en ellas y diversos estudios investigan las ventajas y desventajas de su uso. Del mismo modo en el ámbito de la enseñanza de lenguas, el MALL (mobile assisted language learning), algunos estudiosos (ver referencias en Burston, 2013) también hace años que se preocupan en analizar el potencial de estos dispositivos para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje y en cómo se pueden integrar de manera significativa en nuestras programaciones educativas para mejorar la competencia comunicativa de nuestros alumnos.

La característica esencial que aportan los dispositivos móviles a los procesos educativos es que permiten una enseñanza “en cualquier momento y en cualquier lugar”. Este concepto tan sencillo cambia el planteamiento de cómo nos aproximamos a la enseñanza. El concepto de aprendizaje ubicuo (Burbules, 2011) o aprendizaje invisible (Cobo y Moravec, 2011) cobra más sentido con esta tecnología. La desaparición de las cuatro paredes del aula nos hace plantear nuevas formas de enseñar y/o de aprender. El aprendizaje se convierte en algo mucho más colaborativo, centrado en la interacción y participación de los estudiantes, y no tan centralizado en el profesor. El reto está en adaptar todas estas novedades tecnológicas que van apareciendo a nuevas metodologías de enseñanza. No podemos parar de movernos, porque la vida es móvil. 

Joan-Tomàs Pujolà

Coordinador Máster en Profesor Español como Lengua Extranjera UNIBA.

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