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El trabajo de campo en la antropología: Malinowski

 
Malinowski

Todos hemos oído hablar alguna vez sobre el trabajo de campo, un método etnográfico de investigación sobre el terreno, basado en la observación participante y utilizado en el ámbito de las ciencias naturales y sociales, como en el caso de la antropología social y cultural (es decir, aquella que describe las diferencias entre las personas no desde el punto de vista biológico, sino de sus manifestaciones culturales). Una valiosa aportación que, en este último caso, tiene nombre propio: el antropólogo polaco Bronisław Kasper Malinowski (1884-1942). Si quieres saber por qué es una figura clave y cuáles fueron sus mayores contribuciones, te recomendamos que sigas leyendo.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que Malinowski está considerado como el refundador de la antropología social británica por su introducción del trabajo de campo en esta disciplina, pero también por ser el padre del funcionalismo, al defender que la cultura adquiere un papel funcional en todos los grupos sociales. Su labor como investigador nos ha legado descripciones pormenorizadas de la vida cotidiana de los pueblos de las islas Trobriand (Nueva Guinea) y Australia, entre otros lugares.

Nacido en Cracovia, Malinowski ingresó en 1903 en la Universidad de esta localidad para estudiar Filosofía, rama en la que se doctoró cinco años después, habiéndose especializado en matemáticas y física. Pese a que se trasladó a la localidad alemana de Leipzig para cursar estudios de psicología y economía, la lectura de The Golden Bough, del antropólogo escocés James George Frazer, despertó su interés por la antropología social. Tal fue el impacto que ejerció esta obra sobre Malinowski que decidió orientar su formación a este ámbito, lo que le empujó a matricularse en la London School of Economics en 1910.


Malinowski con las tribus de Oceanía y los indios americanos

Cuatro años más tarde, en 1914, Malinowski llevaría a cabo sus primeras investigaciones in situ. Éstas tendrían lugar en Papúa (la actual Papúa Nueva Guinea), donde realizó trabajos de campo en Mailu y en las islas Trobriand. Su estancia en la zona coincidió con el estallido de la Primera Guerra Mundial lo que le obligó, al ser un ciudadano austrohúngaro en un territorio bajo jurisdicción británica,  a aceptar el destierro en las Trobriand hasta que finalizase la contienda.

Sería en este archipiélago donde estudiaría el intercambio kula, un rito ceremonial propio de la provincia neoguineana de Milne Bay. Además, fue en este período cuanto Malinowski empezó a introducir el concepto de observador participante. Todos estos conocimientos aparecen en su primer libro: Las islas Trobriand (1915).

Tras regresar a Inglaterra, se doctoró en Antropología en 1922 y sacó a la luz su obra más importante y divulgada: Los argonautas del Pacífico occidental, que le valió el reconocimiento internacional. Además, durante esta etapa en Gran Bretaña trabajó en la Universidad de Londres y publicó otros dos trabajos: Los mitos en la psicología primitiva (1926) y Sexo y represión en la sociedad salvaje (1927), fruto de su paso por Oceanía.

En noviembre de 1929, Malinowski viajó a La Habana, donde conoció al etnólogo y arqueólogo Fernando Ortiz. Su amistad con este cubano polifacético permitió a ambos intercambiar ideas e información sobre los fenómenos sociales que provocan cambios en las manifestaciones culturales y, en definitiva,  de las civilizaciones.

En 1938, Malinowski se trasladó a Estados Unidos para estudiar la cultura india en Arizona y aceptó una cátedra de Antropología en la Universidad de Yale, a pesar de que también acabaría colaborando con las Universidades de Cornell y Harvard.

No obstante, su brillante carrera no duró mucho más; mientras se encontraba en New Haven (Connecticut), un paro cardíaco puso fin a su vida en 1942, mientras se preparaba para dirigir un trabajo de campo en Oaxaca, México. Hacía apenas un mes que había cumplido los 58 años.

Tras la desaparición de uno de los grandes referentes de la antropología cultural del siglo XX, se divulgarían cuatro obras póstumas: Una teoría científica de la cultura (1944), La dinámica del cambio cultural (1945), Magia, ciencia y religión (1948) y Sexo, cultura y mito (1963).

La intensa y apasionante biografía de Malinowski es el mejor ejemplo de cómo convertir el trabajo de campo en una forma de vida enriquecedora y capaz de acercarnos a otras culturas y  maneras de pensar.

Si tienes curiosidad por la antropología, te recomendamos echar un vistazo a algunas obras básicas sobre antropología y a conocer el temario de la Carrera en Antropología Social y Cultural de UNIBA, impartido por los mejores profesores de la Universidad de Barcelona.

¿Te atreverías a seguir los pasos de Malinowski?

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