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La identidad de la antropología

 
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Como indica su etimología, la antropología es el conocimiento del ser humano. En concreto, la pregunta que subyace en la antropología es  ¿en qué consiste la condición humana? O, ¿qué significa ser humano? El problema es, como nos explica el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss en su célebre ensayo Raza e Historia, que la idea de humanidad no se presenta a nuestros ojos como una evidencia empírica, sino de formas muy diversas tanto en su aspecto físico como en las maneras de organizarse y comportarse. Por ello, si tuviéramos que destacar una particularidad de la antropología respecto a otras disciplinas que también han hecho del ser humano su objeto de estudio, ésta sería probablemente su reflexión sobre esta variedad.

Otra particularidad de la antropología es que no trata de aproximarse a estas diferencias humanas desde una perspectiva evaluadora, es decir para juzgar y establecer qué formas de ser humano son más adecuadas o mejores, sino desde una mirada abierta y relativista que busca comprender las casi infinitas maneras que han tenido y tienen los seres humanos de vivir, de organizarse, de creer y de relacionarse.

Los “otros” en la antropología

Los sujetos de estudio de la antropología han sido, tradicionalmente, aquellos clasificados como “otros”. No podemos olvidar que la disciplina surge en un contexto colonial donde son aquellos que se quieren “civilizar”, los llamados salvajes o primitivos, los que se convierten en el objeto de estudio privilegiado de la antropología. No obstante, las fronteras de la alteridad han ido cambiando con el paso del tiempo hasta desdibujarse a medida que el capitalismo, el Estado, las migraciones, la globalización o la urbanización generalizada transformaban cada vez más amplios sectores de la población humana. En efecto, con el paso del tiempo, la antropología ha ido ampliando su objeto de estudio hasta abarcar a sociedades occidentales, urbanas, con estado y en el mercado.

Frente a esta ampliación, ¿cuál continúa siendo su particularidad? Una frase citada con frecuencia en la comunidad antropológica parece resumirla bastante bien: la antropología vuelve familiar lo exótico y exótico lo familiar. Es decir, que por un lado nos acerca a aquellas realidades que nos son extrañas facilitando su comprensión, mientras que por el otro cuestiona aquellas categorías que nos parecen naturales y obvias mostrándonos finalmente que la nuestra es únicamente una más de las casi infinitas maneras posibles de vivir.

La orientación empírica de la antropología

Por último, es característico de la antropología su orientación empírica, es decir, reflexionar sobre la diversidad no desde la razón abstracta sino a partir de la inmersión en particularidades empíricas.  De hecho, desde que Bronislaw Malinowski (1884-1942) en Europa y Franz Boas en los EEUU instauran el trabajo de campo etnográfico como condición para la reflexión antropológica; la etnografía ha sido, en cierta manera, el laboratorio de la antropología, su método de investigación por excelencia. Su principal característica consiste en compartir la cotidianidad de cierto grupo de personas durante un período de tiempo, observando, preguntando, escuchando y conversando con ellas. El objetivo es comprender los fenómenos sociales desde el punto de vista de sus protagonistas y poner sus perspectivas en diálogo con los problemas teóricos que emanan del análisis de la diversidad humana.  

La Antropología Social y Cultural se ha convertido en muchos países en una disciplina popular que se mueve entre las Ciencias Humanas y Sociales y que resulta útil para afrontar los temas derivados de la diversidad cultural y otros muchos que son candentes desde un punto de vista social, económico y político (inmigración,  género, derechos humanos, identidades, etc.).

Su carácter transversal hace que sea una disciplina que cuente con unas elevadas posibilidades de profesionalización, especialmente en campos como la diversidad cultural, el patrimonio etnológico, el desarrollo territorial y la cooperación internacional, la docencia y la investigación social básica y aplicada.

Gemma Celigueta y Mikel Aramburu

Profesores del Grado en Antropología Social y Cultural de UNIBA.

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