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El desarrollo energético sostenible en el nuevo escenario global

 

El origen de esta comunicación no es hablar del COVID-19: deben ser los expertos quienes lideren y propongan las ideas que puedan ayudar en la búsqueda de una cura global; sabemos que se trata de una situación inédita que no solamente genera duras críticas sobre qué hemos hecho para llegar hasta aquí y que hace preguntarnos cómo la crisis mundial afectará el futuro.

Pero el tema que realmente nos incumbe es él de la energía y, a continuación, se intentarán exponer en orden algunos puntos de interés de este panorama actual (obvios para muchos de vosotros) y cómo podemos hacer para que la situación a la que nos estamos enfrentando pueda significar un mejor futuro en este sector que tanto nos interesa.

Panorama actual:

  1. El precio del petróleo baja (precios de hace más de 15 años), se espera acciones que reactiven su precio, pero no será una tarea fácil y dependerá de medidas también inéditas.
  2. La demanda industrial y comercial cae de forma acelerada. En diversos países se impulsa aceleradamente las normativas para el teletrabajo, educación online y otros, que además de los confinamientos (cada vez más fuertes) hacen que en un corto plazo (semanas) esto se mantenga y se profundice.
  3. El valor del dinero y las tasas de interés caen, sin embargo, no generan efectos en el crecimiento de los mercados, y por el contrario parece que no paran la caída de los mismos.
  4. La productividad económica se resiente como es de esperarse. Algunos expertos vaticinan que algunos sectores tendrán muy serios problemas para volver a los niveles previos a la pandemia y otros quizás no lo logren.
  5. Disminuyen los desplazamientos aéreos y terrestres: se han cancelados vuelos, cerrados aeropuertos y restringidas líneas de transporte urbano u horarios de uso. Además, se ha limitado el uso del coche privado o la salida a la calle.
  6. El hemisferio norte en la espera del verano con la esperanza que disminuya la pandemia por efecto del clima. El hemisferio sur preparándose para la llegada de mayor número de casos o afectados.
  7. En los últimos días se genera un enfrentamiento entre la solicitud de cierre más profundo o la apertura moderada. Sin embargo, el horizonte para las próximas semanas es paralización y bloqueos de las actividades en general: universidades, escuelas, parques, museos, teatros, salas de cine e iglesias y todos los lugares de reunión y solo que actúen los sectores económicos más estratégicos.
  8. China anuncia que está pasando la crisis (ojo “anuncia” y con voces que le reclaman que continúen confinados más tiempo).
  9. Los organismos multilaterales abogan por una mayor inversión en temas de salud pública.

 

Primera derivada:

  1. Menor precio del petróleo implicaría una disminución en los costos de generación por combustibles fósiles.
  2. La caída de la demanda energética en sectores como el industrial, el comercial y otros, repercutirá en una baja en la productividad económica, y para nuestro análisis, en una baja en la presión para el desarrollo de nuevos proyectos energéticos en el corto plazo.
  3. Menor precio del dinero ocasiona mayor disponibilidad de créditos a nuevas inversiones volviéndose útiles en el periodo post-pandemia.
  4. Mayor disponibilidad de combustibles fósiles por menores desplazamientos y requerimientos del sector industrial, esto causa problemas tanto en los flujos de las empresas energéticas como en la carga impositiva ligada a los combustibles.  
  5. Mayor presión para la inversión en temas de salud pública que incentivarán el desarrollo de las inversiones en los sectores sociales.

Sin embargo, surge la primera pregunta: ¿Si se reducen los costos de producción de los combustibles esto realmente se traducirá en una reducción de la tarifa en el “consumidor final”? y si es así ¿¿cuándo??

 

Segunda derivada:

  1. En el corto plazo si bien los créditos están (o estarán) disponibles las inversiones en energías renovables no serán atractivas hasta que se reactiven los sectores económicos que jalonan el consumo. En otras palabras, se requieren inputs desde la regulación o los gobiernos para amortiguar la caída del interés del desarrollo de las energías renovables por parte de los inversionistas.
  2. Es innegable que la demanda energética industrial bajará o por lo menos no crecerá a los ritmos propuesto en los escenarios “sin la pandemia”, esto a nivel global se traduce en el freno normal en el desarrollo energético: pero se abre la posibilidad de generar nuevos escenarios donde la transición responde a medidas globales y compromisos universales.
  3. China verá una luz al final del túnel y, contra todo riesgo, entrará a galopar la locomotora industrial y comercial del mundo. Pero en el escenario de pandemia actual, su mercado se verá muy afectado.
  4. Por razones lógicas los cambios en la demanda conllevarán a un acercamiento a las metas ambientales globales disminuyendo la presión al cambio tecnológico hacia las energías renovables.
  5. Puede surgir la posibilidad que en esquemas regulatorios débiles se intente amortiguar la caída de ingresos de las compañías energéticas intentando mantenerlos y hasta incrementarlos castigando los precios de los consumidores que, como el residencial, usarán la misma o mayor cantidad energía.

Segunda pregunta: ¿¿es necesario adoptar medidas extraordinarias que permitan en primer lugar continuar los planes de expansión de las energías renovables y por otra parte defender a los consumidores frente a posiciones abusivas de las compañías en ambientes regulatorios débiles??

 

Tercera derivada:

  1. Si no se activan medidas económicas importantes los planes relacionados con la transición energética, y en particular con los relacionados con el desarrollo de las energías renovables, sufrirán una desaceleración que pondrá en riesgo el cumplimiento de las metas y el desarrollo de iniciativas en el corto plazo que deben realizarse si queremos un mediano y largo plazo sostenible.
  2. Los mercados energéticos se verán afectados posiblemente con precios diferentes y menores a los proyectados. Se deben generar escenarios regulatorios novedosos que ayuden a que los mercados energéticos no colapsen y que la desaceleración global los afecte lo mínimo posible.
  3. El interés de los gobiernos y la sociedad se centrarán en la “cura” global y el sector energético debe ser parte de esta iniciativa: con seguridad existen nichos donde su participación es más que importante.
  4. Pasado el “pico” de la crisis, la pandemia afectará por años los ritmos de crecimiento en todos los sectores, algo que no va a ser ajeno para el sector energético y que con seguridad obligará a replantear su relación con la sociedad.

Preguntas: ¿¿Están las compañías energéticas trabajando en el desarrollo de estrategias posteriores a la crisis?? ¿¿Estás incluyen la visión que tienen con la sociedad??, ¿¿qué papel jugaran las energías renovables en este escenario??

 

Cuarta derivada (sin pregunta):

  1. Los discursos frente a la sostenibilidad, el cambio climático y la transición energética deberán recoger y evidenciar nuestra vulnerabilidad como especie a los efectos globales.

 

 

Rodrigo Ramírez-Pisco

Profesor Coordinador del Máster en Energías Renovables y Sostenibilidad Energética - UNIBA

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