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¿El profesor de español como creador y diseñador de materiales?

 

Hoy en día, quienes nos dedicamos profesionalmente a la enseñanza del español como LE/L2 tenemos a nuestro alcance una enorme cantidad de materiales didácticos para nuestras clases.

Por un lado, las editoriales ponen a nuestra disposición una oferta amplia y variada: manuales generales, dirigidos a español con fines específicos, orientados a un público de una determinada franja de edad; complementos de gramática y vocabulario; lecturas graduadas; etc. La oferta se amplía, además, con los recursos que ofrecen en sus plataformas digitales, donde podemos encontrar documentos audiovisuales con sus correspondientes explotaciones, actividades interactivas, textos de actualidad con propuestas didácticas, tutoriales, etc.

Por otro lado, cada día hay más docentes que publican y comparten sus propios materiales a través de sus páginas web o de redes sociales.

No obstante, a pesar de esta amplia oferta de materiales que tenemos a nuestra disposición y que, sin duda, nos facilita la planificación y gestión del aula, los docentes seguimos invirtiendo parte de nuestra jornada laboral, e incluso de nuestro tiempo libre, en adaptar y crear nuevos materiales para nuestras clases.

 

Recursos personalizados

¿Por qué seguimos invirtiendo tiempo de nuestra jornada en la creación y diseño de materiales si tenemos tantos a nuestra disposición?

La respuesta a esta pregunta dependerá de cada contexto de enseñanza. Sin embargo, en un intento de generalizar, podríamos decir que necesitamos crear materiales propios por dos razones esenciales.

 

Adaptar el manual

Los manuales que usamos están diseñados para contextos educativos genéricos y, lógicamente, no pueden tener en consideración todas las particularidades de los diferentes contextos de enseñanza y de alumnado. Por esa razón, frecuentemente necesitamos realizar ciertas adaptaciones. Vamos a ver algunas de las adaptaciones más comunes:

  • Actividades pretarea. Con frecuencia necesitamos crear actividades orientadas a preparar al estudiante antes de enfrentarse a un texto (escrito, oral o audiovisual). Estas actividades suelen ir dirigidas a activar el conocimiento del mundo que tienen los estudiantes sobre el tema que se va a tratar, a activar el léxico necesario a la hora de enfrentarse a la comprensión del texto, etc.
  • Actividades para profundizar. También podemos crear actividades para sacarle más jugo a un texto del manual que hayamos trabajado previamente. Los textos son un recurso valiosísimo que nos permite trabajar diferentes competencias y niveles de lengua y, por este motivo, resulta muy rentable complementar la propuesta del manual con actividades a partir del mapeado, del texto locutado, de actividades dirigidas a conectar el texto con el mundo personal del estudiante, etc.
  • Actividades de refuerzo. En otros momentos, necesitaremos crear actividades para reforzar algún aspecto lingüístico que se ha tratado en el manual y que nuestros estudiantes necesitan trabajar con mayor dedicación. Para ello, podemos acompañar las propuestas del manual con actividades propias dirigidas a la reflexión lingüística, a la consolidación o a la práctica libre de ciertos aspectos de la lengua.

Cada grupo de clase presenta unas necesidades diferentes y, en base a estas, será recomendable adaptar el manual que usamos en el aula de una manera u otra. Nuestro rol como docentes nos permite evaluar y detectar esas necesidades mejor que nadie y, si contamos con la formación adecuada, seremos las personas más adecuadas para personalizar el manual.

 

Ir más allá del manual

En general, como docentes intentamos llevar al aula materiales y actividades que motiven a nuestros estudiantes y que conecten con su mundo personal. Los estudiantes deben sentirse llamados a interactuar con los materiales y, para eso, debemos llevar a clase actividades y textos que les interesen, que les motiven y que les resulten significativos.

Los manuales que tenemos a nuestra disposición hoy en día suelen ofrecer textos motivadores, significativos y atractivos. No obstante, los intereses, gustos y aficiones de los alumnos varían en cada grupo. Pero, no solo eso, es que además, varían en el tiempo y están relacionados con la actualidad del momento. Los manuales, obviamente, no pueden actualizarse al ritmo que exige la sociedad.

Por eso, el profesor debe estar atento a los intereses de sus alumnos y ofrecer textos y actividades acordes a ellos. Si Rosalía está de moda y nuestros estudiantes han mostrado interés por ella, ¿por qué no crear una actividad o, incluso una secuencia didáctica, sobre esta cantante? Si el mundo está inmerso en una pandemia y nuestros estudiantes, lógicamente, sienten la necesidad de hablar de ello, ¿por qué no seleccionar artículos de prensa que ayuden a mejorar las destrezas lingüísticas de nuestros estudiantes a través de un tema tan actual?

 

Competencia docente

Como afirman Garmendia y Sans (2015): “está fuera de toda discusión la importancia de la creación de actividades como tarea que, en situaciones docentes concretas, complementa y adapta los materiales ya publicados”. Podemos pues afirmar que la adaptación, la creación y el diseño de materiales forman parte de nuestra competencia docente y, por lo tanto, merecen ocupar un espacio dentro de la formación de los profesores de español.

No es el objetivo de este artículo hacer un análisis detallado de los elementos que deberían conformar la competencia docente en creación y diseño de materiales para la clase de idiomas. Sin embargo, me gustaría destacar aquellos ingredientes que considero esenciales:

  • Conocimientos teóricos sobre el aprendizaje y la enseñanza de lenguas. Los profesores de español debemos conocer los fundamentos sobre el aprendizaje y la enseñanza de lenguas. Estos conocimientos teóricos nos guían en nuestra práctica docente y, también, a la hora de crear nuestros propios materiales ya que nos permiten determinar aspectos como estos: ¿En qué enfoque metodológico se basa este material? ¿En qué fase del aprendizaje encaja mejor esta actividad? ¿Promueve la interacción y la negociación de significado? ¿Requiere de un esfuerzo cognitivo por parte del estudiante?
  • Experiencia en el análisis de materiales. Antes de empezar a crear nuestros materiales, es necesario dedicar un tiempo al análisis de propuestas ya publicadas: ¿Qué enfoque metodológico hay detrás de esta propuesta? ¿Cómo se estructura la secuencia didáctica? ¿Qué objetivo tiene esta actividad en la secuencia? ¿Se practican las diferentes destrezas? ¿Se proponen dinámicas variadas? ¿Las instrucciones son claras? ¿La mecánica es factible? ¿La información referencial es suficiente y adecuada? No olvidemos que detrás de cada material publicado hay un equipo de profesionales que han dedicados horas de reflexión y de trabajo. Aprendamos de su labor.
  • Reflexión. Antes de ponernos manos a la obra, merece la pena dedicar un tiempo a reflexionar. Como argumentan Garmendia y Sans (2015), es importante que nos planteemos una serie de preguntas para que, finalmente, nuestra propuesta sea rentable y significativa y ayude a nuestros estudiantes en su proceso de aprendizaje: ¿Qué objetivo tiene la actividad que voy a crear? ¿A qué público me dirijo? ¿Qué lugar de la secuencia va a ocupar? ¿Qué recursos voy a necesitar? ¿Es una actividad factible para mis alumnos? Y, por supuesto, ¿Existe ya una actividad similar?

En conclusión, la creación y el diseño de materiales forman parte de nuestra labor como docentes. Los profesores de español necesitamos crear propuestas propias para adaptar los materiales ya publicados y para responder a las necesidades y particularidades de nuestro alumnado. Y, para ello, debemos formarnos y aprender de la experiencia de los otros, de aquellos que llevan años ofreciéndonos propuestas para nuestras clases.

 

Ana Aristu Ollero

Doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura y cotutora de la asignatura de Análisis y Diseño de Materiales en el Máster en Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera de UNIBA. 

 

Referencias

Baralo, Marta. (2003). «Analizar materiales desde una perspectiva psicolingüística: ¿qué aprendemos y con qué?». XIIº Encuentro práctico de profesores de ELE IH - Difusión (Barcelona).

Fernández, M.C. (2004). «Principios y criterios para el análisis de materiales didácticos”» en J. Sánchez Lobato e I. Santos Gargallo (eds.): ​Vademécum para la formación de profesores. Enseñar español como segunda lengua (L2)/lengua extranjera (LE)​. Madrid: SGEL.

Garmendia, A. y Sans, N. (2015). «Diseño de materiales para la enseñanza y el aprendizaje de ELE: 10 preguntas imprescindibles», en Herrera, F. (ed.). ​La formación del profesorado de español​. ​Cuadernos de didáctica.​ Barcelona: Difusión.

LdeLengua 133. http://eledelengua.com/ldelengua-133-planificar-una-unidad-didactica/

Lozano, G. y Ruiz Campillo, J.P. (1996).  «Criterios para el diseño y la evaluación de materiales comunicativos». ​Didáctica del español como lengua extranjera​, 3. Madrid: Fundación Actilibre.

Martín Peris, E. (1996). ​Las actividades de aprendizaje en los manuales de ELE​. Tesis doctoral. Barcelona: Universitat Pompeu Fabra.

Sans, N. (2000), «Criterios para la evaluación y el diseño de materiales didácticos para la enseñanza de ELE». Actas del VIII Seminario de Dificultades de la Enseñanza del Español a Lusohablantes.

Tomlinson, B. (2010). «Principles of Effective Materials Development». Harwood, N. (Ed.) English language teaching materials: theory and practice, Cambridge, Cambridge University Press.

 

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