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Eliminar coches térmicos, ¿La solución? Acerca de la Movilidad Sostenible.

 

Introducción

España ha despertado estas últimas semanas con el anuncio de la posible prohibición que los coches “contaminantes” rueden por nuestras calles y carreteras en unas dos décadas[1]. Este anuncio unido a otras iniciativas que en otros países se están tomando en el marco de la llamada “transición energética”[2] deja un horizonte un poco impreciso: en primer lugar y con seguridad estamos tomando las primeras medidas que ayudan a minimizar el impacto que nuestra sociedad hace en el entorno; es decir las primeras medidas contundentes hacia la sostenibilidad, pero bajo una realidad que genera preguntas inevitables: en primer lugar ¿son estos esfuerzos suficientes? o lo que es peor ¿estamos a tiempo o estas medidas se adoptan demasiado tarde?.

La primera pregunta tiene una respuesta directa: estos esfuerzos no son suficientes. NO son suficientes porque entre otras cosas el problema de la sostenibilidad es un problema global y es claro, por ejemplo, que en una economía global los vehículos que no rueden por España rodaran en otros países donde la agenda ambiental y la preocupación por la sostenibilidad esté en un tercer, cuarto  o quinto reglón de sus prioridades; por desgracia entre estos países están los mayores consumidores y los de mayor crecimiento económico de las próximas décadas.

Y acerca de la segunda pregunta ¿es demasiado tarde?, a esta pregunta no podemos contestar con un si o un no; tendremos que esperar los resultados de la aplicación de este tipo de medidas y ver cómo reacciona nuestro entorno: en general no hay un consenso de pleno optimismo al respecto, muchos expertos aseguran que tendremos que hacer cambios  radicales en la relación con la forma en que nos relacionamos con nuestro hábitat… el tiempo y la situación de nuestro planeta nos lo dirá.

Es en este horizonte en el que tenemos que trabajar: unas medidas que se toman pero que se pueden considerar ineficientes de acuerdo al nivel de responsabilidad y/o compromiso que debemos fijar para revertir la situación, que hasta ahora, se plantea como catastrófica.

 

Transporte Sostenible.

Actualmente el tema del transporte sostenible está presente en todos los foros técnicos, económicos, políticos, ambientales, etc., relacionados con la sostenibilidad de nuestro planeta. Si bien no es una preocupación nueva, la realidad es que ha pasado de ser un tema interés particular de un grupo de ecologistas y ambientalistas preocupados por el futuro de nuestro planeta para convertirse en un tema de interés transversal para toda la sociedad.

Esta nueva posición de parte de los expertos no ha sido gratis, sabemos que el sector transporte consume por encima de una cuarta parte de la energía que consume el mundo y causa el 14% de emisiones de CO2 (EPA) (otros cifran su aporte a los gases efecto invernadero en cerca de un 29%, como el observatorio de la sostenibilidad energética). Pareciera entonces que si queremos actuar contra el cambio climático no cabe duda que debemos adoptar retos que se refieran a este sector y que disminuyan o por lo menos mejoren nuestra manera en qué y cómo nos movemos.

Es en este punto en que cabe una primera reflexión: “EL objetivo de la movilidad sostenible es mover personas, no coches (SUTP. 2013[3])”, vale la pena adoptar este principio: si bien la sostenibilidad es el reto de nuestra época la experiencia nos muestra que muchas de las actividades que el hombre ha diseñado o ejecutado para “mejorar” el sector transporte han sido alejadas de la sostenibilidad y en general han estado dirigidas, en una primera fase, a mejorar el problema del alto nivel de atascos causados por la gran cantidad de vehículos que mueve el transporte privado y público en nuestras ciudades. En general, las medidas adoptadas desde las instituciones públicas han estado más preocupadas por la libertad de movimiento de los vehículos que la propia movilidad de las personas. Aparentemente muchas de estas medidas, como por ejemplo la restricción por número de matrícula, la sectorización de la ciudad, la promoción de mayor ocupación, entre otras, obtienen resultados positivos en cortos plazos de tiempo, pero para algunos estas medidas no llegan a brindar resultados destacables en cuanto a la sostenibilidad de nuestras ciudades.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

Principios para la movilidad sostenible.

LA GIZ y el ministerio Economía de Alemania, realizaron durante varios años de la década pasada un programa completo que se dedicó a la promoción y divulgación de actividades relacionadas con el transporte sostenible[4].

Las conclusiones de este estudio permitieron llegar a 10 puntos que pueden incrementar la movilidad sostenible. Estos puntos se consignan a continuación al igual que la infografía creada por el proyecto para la promoción de estas actividades.

 

PRINCIPIOS PARA EL TRANSPORTE URBANO SOSTENIBLE

Es claro que estos puntos o principios permitirían un transporte sostenible de forma general, pero tendremos que estudiar si regionalmente estos principios  funcionan de igual manera en diversos escenarios: pareciera que no es así.

 

¿Cómo funciona en Iberoamérica el transporte urbano sostenible?

Si bien hablamos de 10 principios para hacer un transporte urbano sostenible, algunos de estos tienen una importancia mayor o menor en Iberoamérica. Un estudio detallado con expertos realizado en el marco de la Red RITMUS patrocinada por CYTED[5] entregó cómo resultado general, luego de una encuesta aplicada a expertos internacionales de la región, una priorización de los principios para Iberoamérica. Los resultados principales se pueden ver en la siguiente gráfica.

 

Como puede observarse pareciera que el interés se centra en actividades regulatorias (abordar los retos que se apliquen de manera exhaustiva), de planificación (optimizar la malla vial y su uso), y sobretodo mejorar el transporte público, por supuesto  además de un ordenamiento de la actividad municipal.

 

Reflexión.

Pareciera entonces que no basta con la eliminación de coches o  por la promoción de nuevas tecnologías: por supuesto es importante contar con estas innovaciones las cuales brindarán parte del marco de desarrollo del futuro del sector transporte, pero el futuro de este sector requiere que deban agregarse aspectos que permitan un uso sostenible de toda la actividad: infraestructuras, mecanismos de apoyo a las nuevas tecnologías, cambios regulatorios, ayudas económicas, diseños de ciudades que integren la movilidad sostenible y en fin muchas otras actividades que pasan por cambiar solamente los coches y la energía que usamos para “alimentarlos”.

El reto es grande, pero el objetivo lo merece: está en riesgo la sostenibilidad de nuestra sociedad.

 

 

[1]  El borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética recoge en el texto la prohibición de “la matriculación y venta en España de turismo y vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono“ lo que afectaría a los vehículos que dispongan de un motor de combustión interna, ya sea de gasolina, gasóleo o híbrido, a partir del 2040. El objetivo sería reducir un 20% las emisiones de CO2 y la generación de al menos el 70% de la producción mediante energías renovables de cara al año 2030.

[2] La Unión Europea (Reino Unido o Francia), prevén la prohibición de vender automóviles turismos con motores de combustión a partir del año 2040 y su circulación en 2050. Dinamarca, Irlanda, Alemania y Holanda rebajan la fecha hasta el año 2030, y Noruega pretende prohibir la comercialización de coches con motor térmico en el año 2025.

[3] El Proyecto de Transporte Urbano Sostenible (GIZ-SUTP) apunta a ayudar a las ciudades del mundo en desarrollo a alcanzar sus objetivos de transporte sostenible, a través de la difusión de información acerca de experiencias internacionales, asesoramiento sobre políticas, entrenamiento y construcción de capacidades.

[4] Idem

[5] La Red Iberoaméricana de Tranporte y Sostenibilidad Energética es patrocinada por el CYTED agrupa 13 países de Iberoamérica, cerca a 60 investigadores y es coordinada por Rodrigo Ramíre-Pisco. PhD.

 

 

Rodrigo Ramírez-Pisco es doctor Cum Laude de la UPC, Coordinador del máster en Energías Renovables y Sostenibilidad Energética de la UB-UNIBA y Coordinador de la Red RITMUS-CYED.

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