Nos ha dejado Alessandro Mendini. ¡Arrivederci, maestro!

El pasado 18 de febrero de 2019 fallecía a los 87 años Alessandro Mendini, una auténtica leyenda del diseño italiano y máximo exponente del Diseño Radical o Antidiseño. Personaje polifacético, logró destacar en todos los campos en los que actuó: como arquitecto, como diseñador, como redactor de revistas especializadas y como crítico y teórico del diseño.

Con la clara intención de desmitificar las tesis funcionalistas de la Bauhaus y del Movimiento Moderno (por considerarlas demasiado austeras, elitistas y aburridas), Mendini es recordado hoy por defender un diseño formalista, ornamental y lúdico, contribuyendo con ello al debate antidiseño de las décadas de los 70 y los 80 del siglo XX.

Mendini, (anti)arquitecto

Tras estudiar y doctorarse en arquitectura en el Politécnico di Milano, durante los sesenta comenzó a preocuparse por la recuperación de la creatividad personal y la espontaneidad, lo que le llevó a cofundar en 1973 una escuela de antiarquitectura: Global Tools. Una década después, el dueño de la marca Alessi le encargó a él y a los también arquitectos Achille Castiglioni y Aldo Rossi la edificación de su nueva vivienda: la Casa della Felicità (1983-1988). Tras lo cual Mendini ideó el Museo Groninger (1988-1993) en Holanda:

Museo Groninger de arte moderno y contemporáneo. Entrada con torre amarilla diseñada por Mendini

Mendini, (anti)diseñador

A finales de los setenta Mendini mantuvo una estrecha relación con el colectivo de diseñadores del Studio Alchimia (Milán, 1976), una especie de laboratorio fundado inicialmente como galería de arte para exponer obras experimentales. Junto a Ettore Sottsass, Andrea Branzi y Michele De Lucchi, Mendini se convirtió en su mejor exponente gracias a sus rediseños, en clave de humor, de sillas “clásicas modernas” como la Superleggera de Gio Ponti, la Universale de Joe Colombo o la Wassily de Marcel Breuer.

En la versión de Mendini, la silla Wassily pierde las formas frías y las líneas rectas de la original

Gracias a esta vocación por rehacer los objetos cotidianos a través de un lenguaje irónico y lúdico, Mendini comenzó a trabajar para el gigante italiano del menaje, Alessi. De esta manera ha llenado numerosos hogares de artefactos cargados de un enorme valor simbólico.

Sacacorchos Anna G de Mendini para Alessi, símbolo de la cotidianidad lúdica alejada de la frialdad racionalista

Mendini, divulgador de ideas radicales

Como redactor de icónicas revistas de diseño italianas como Casabella y Domus, Mendini criticó la noción burguesa del “buen gusto” buscando alternativas a través de la cultura popular y el kitsch, y ayudando así a difundir las ideas del Diseño Radical. Además promovió la idea del “diseño banal” para parodiar las pretensiones culturales del diseño industrial, atacar su obligada categoría de lo funcional y revalorizar la ornamentación excesiva.

Su pieza más icónica hoy día es su sillón Proust, una copia en madera de una butaca neobarroco del siglo XVIII francés que el diseñador italiano cubrió en su totalidad con la técnica manual del puntillismo.

El rediseño de la butaca hace alusión a la época y al ambiente del escritor Marcel Proust

En todas estas obras de Mendini quedan manifiestas dos de las principales características del diseño posmoderno: la revisitación al pasado y la abundancia de referencias y homenajes con ironía y sentido del humor. Queremos recordar sus ideas a través de un fragmento de su Carta a un joven diseñador (Lettera al giovane designer) publicada en el número de noviembre de 1989 de la revista Domus:

Si yo fuera un joven diseñador […] me liberaría de la opresión de tantas palabras (¿especialización?, ¿función?, ¿estándar?, ¿profesión?, ¿empleo?, ¿serialización?) tratando de rediseñar (o desdiseñar) a partir de fragmentos una situación del diseño “diferente” y propia. […] Para hacer tal cosa desde las raíces tendría que sacudirme de todo, incluso de las referencias más atractivas para mí. […] Con una mezcla de amor y odio, borraría a todos los maestros y contramaestros, academias y vanguardias, neoplasticismo y pop, y a la reconfortante fascinación por las escuelas.

Isabel del Río

Profesora de Historia del Diseño en el Grado de Diseño de UNIBA.

Doctoranda en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona.