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Análisis de riesgo volcánico: El caso de la eminente erupción volcánica en el Monte Agung (Isla de Bali, Indonesia)

 

Durante las últimas semanas la población y autoridades locales de la isla de Bali (Indonesia) mantienen un estado de alerta elevado por el riesgo de erupción volcánica en el Monte Agung, un estratovolcán situado en el extremo oriental de la isla (ver figuras 1 y 2). De momento, aproximadamente 60000 personas han sido evacuadas de las áreas más cercanas al volcán (un radio entre 9 y 12 km desde el cráter del volcán) y la actividad turística de la isla, la principal fuente de ingreso de su población, se encuentra pendiente del desarrollar de la situación.

Fig. 1 – Modelo digital del terreno de la isla de Bali. Fuente: modificado de Wikimedia Commons – Sadalmelik.

La preocupación de las autoridades locales y de la comunidad científica se justifica no solo por un aumento de la actividad sísmica en las últimas semanas pero también por el registro histórico de erupciones pasadas, muy violentas y catastróficas. La última erupción del monte Agung ocurrió en 1963 y produjo flujos piroclásticos y lahares que causaron daños extensos y resultaron en más de 1100 víctimas mortales (Global Volcanism Program, 2017). De hecho, se considera que ha sido una de las erupciones más importantes del siglo XX tanto por su explosividad (VEI 5 – índice de explosividad volcánica de 5 en una escala de magnitud de 0 a 8) como por su impacto climático a corto plazo debido a la emisión de una cantidad muy importante de gases de efecto invernadero (Hansen et al., 1978; Fontijn et al., 2015).

La incertidumbre de las erupciones volcánicas

La ocurrencia de erupciones volcánicas como la del Monte Agung y sus repercusiones sobre la población e infraestructuras nos lleva a pensar sobre los recursos y técnicas existentes en la actualidad para predecir, planificar y mitigar las consecuencias de estos eventos. La cruda realidad es que a pesar de los avances científicos de nuestra sociedad, las erupciones volcánicas son casi siempre impredecibles. Es cierto que los mecanismos de alerta que por ejemplo se han activado en Bali en las últimas semanas son un indicador que hay sistemas de monitorización, mapas de riesgos y protocolos de emergencia que se encuentran en funcionamiento y que pueden ayudar a salvar muchas vidas (ver figura 2). Pero la cuestión se mantiene: ¿Somos realmente capaces de predecir de una forma realista cuándo y dónde ocurrirá la próxima erupción volcánica? y lo que es aún más importante: ¿Sabremos cuál será su magnitud e su impacto en el territorio?

Fig. 2 – Ejemplos de medidas de gestión y emergencia debido a la actividad volcánica en la isla de Bali. A) Mapa de riesgo volcánico del Monte Agung donde se aprecia en rojo las áreas con mayor riesgo (Fuente: Fotografía de ABC News, Adam Harvey); B) Sistema de aviso sonoro instalado en las principales poblaciones del este de Bali (Fuente: fotografía por Sutopo Purwo Nugroho); C) Cartel que indica la entrada en la zona de exclusión de riesgo elevado de erupción volcánica (Fuente: Fotografía de la Cruz Roja de Indonesia - Pelangmerah)

A pesar de la inquietud que levantan estas cuestiones, lo cierto es que la comunidad científica lleva varias décadas estudiando y adquiriendo conocimiento sobre estos eventos, lo que permite reducir un poco la incertidumbre. Por ejemplo, sabemos que la distribución espacial de las erupciones volcánicas no es aleatoria. La ocurrencia de estos eventos se encuentra asociada a zonas de contacto entre placas tectónicas (exceptuando algunos casos – vulcanismo de hotspot). Tenemos también algún conocimiento sobre los diferentes tipos de riesgos que se generan en una erupción, como las nubes de cenizas, flujos piroclasticos, lahares, etc. Sabemos además que en el periodo previo a las erupciones suelen ocurrir diferentes tipos de fenómenos como actividad sísmica, deformación de la superficie del volcán o mayor actividad de fumarolas.

Las bases del análisis de riesgo volcánico en la actualidad

La mayor parte del conocimiento que tenemos nos viene por la observación de los eventos eruptivos y por datos instrumentales de monitorización de la actividad volcánica (Ewert y Swanson, 1992). Existe un amplio abanico de métodos y técnicas que nos permiten obtener un diagnóstico de los acontecimientos (ver figura 3). Sin embargo, los datos instrumentales que tenemos se restringen, en el mejor de los casos, a los últimos 70 años. Esto es manifiestamente insuficiente para poder realizar una predicción realista de un evento natural de tamaña incertidumbre y magnitud. Es por eso fundamental ampliar el conocimiento a partir de otras fuentes de información.

Fig. 3 – Diferentes tipos de métodos y técnicas de monitorización de la actividad volcánica. Fuente: USGS, 2012.

Para ampliar la escala temporal es necesario recurrir por ejemplo a la información contenida en los depósitos sedimentarios (paleovulcanología). Estos registros naturales nos pueden ayudar a identificar erupciones que ocurrieron hace miles de años antes del presente y también nos fornecen indicadores sobre la magnitud, extensión y procesos que ocurrieron en determinada erupción (Carracedo et al., 2007).

Puede que nunca lleguemos a un pronóstico realista de erupciones volcánicas pero la clave está en el conocimiento. Cuantos más estudios y datos se generen sobre las erupciones volcánicas más sabremos sobre el comportamiento de estos fenómenos. Dicho de otro modo, más conocimiento significará una mejor previsión y esto a su vez conllevará a una planificación territorial de las áreas de riesgo más adecuada a la realidad.

Autor del texto: Filipe Carvalho (Profesor en el Máster Universitario de Planificación Territorial y Gestión Ambiental)

Referencias:

Carracedo, J. C., Badiola, E. R., Guillou, H., Paterne, M., Scaillet, S., Torrado, F. P., Paris, R., Fra-Paleo, U., Hansen, A., 2007. Eruptive and structural history of Teide Volcano and rift zones of Tenerife, Canary Islands. Geological Society of America Bulletin, 119(9-10), 1027-1051.

Ewert, J. W., Swanson, D. A., 1992. Monitoring Volcanoes: Techniques and Strategies Used by the Staff of the Cascades Volcano Observatory, 1980-90. U.S. Geological Survey Bulletin , 1966, 223 p.

Fontijn, K., Costa, F., Sutawidjaja, I., Newhall, C. G., Herrin, J. S., 2015. A 5000-year record of multiple highly explosive mafic eruptions from Gunung Agung (Bali, Indonesia): implications for eruption frequency and volcanic hazards. Bulletin of Volcanology, 77(7), 59.

Global Volcanism Program, 2017. Report on Agung (Indonesia). In: Sennert, S K (ed.), Weekly Volcanic Activity Report, 13 September-19 September 2017. Smithsonian Institution and US Geological Survey.

Hansen, J. E., Wang, W. C., Lacis, A. A., 1978. Mount Agung eruption provides test of a global climatic perturbation. Science, 199(4333), 1065-1068.

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