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Ciudades flotantes, movilidad insostenible

 

No, no me refiero al tránsito de ciudades como Venecia, sino a los enormes barcos que las visitan, los cuales generan grandes ganancias  –4 billones de euros en 2108 según cálculos para esta ciudad- pero también sendos problemas urbanos, ambientales, sociales o de seguridad. En junio pasado, uno de estos rascacielos marítimos perdió el control al atracar en San Basilio, golpeando otro barco, dejando 4 heridos, grandes destrozos al puerto y la reapertura del debate público sobre sus límites de operación.[1]

 

Foto del choque del barco MSC. Fuente: El español, diario electrónico, 2.06.2019.

 

Y es que esta modalidad turística es todo un reto para la gobernanza de las ciudades que la acogen, tanto si son el punto de embarque como si tan solo forman parte del itinerario del viaje (Mollevi & Quiroz, 2018). Actualmente, el auge del turismo de cruceros está trayendo consecuencias poco calculadas a los gobiernos locales, como ya lo hemos tratado en otro post anterior[1], pero también requieren de una gestión y regulación internacional más sustentable, justa y ética.

El boom turístico marítimo conlleva además una movilidad masiva de personas. Tan solo en 2018 la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) calculó atender 28,5 millones de cruceristas -50% en circuitos de Norteamérica, 26% en Europa y 15% en Asia- con un crecimiento anual de 7% respecto al año anterior. Destaca sobre todo, el incremento de los viajeros jóvenes y los de edad media con sus familias, así como la elección de itinerarios más cortos – los preferidos de 3 y 7 días- y más económicos.

El crucero actual es un complejo turístico en sí mismo que ofrece la vez transporte, hospedaje y diversos servicios de esparcimiento, cubriendo un itinerario multidestino a un precio relativamente accesible al viajero medio. En las últimas décadas, este sector ha vivido una concentración empresarial que está cambiando su modalidad de servicio, del lujo tipo Titanic al modelo Las Vegas (Castillo, et al, 2018), diversificando tanto la variable oferta de servicios –tiendas, restaurantes, spa, parques acuáticos, etc.- como la demanda de pasajeros, más joven, familiar y masificada.

 

Foto Cubierta de Crucero. Fuente: Web de Ingenieros Navales, 17.04.2019.

 

Pero este oligopolio turístico comparte menos sus ganancias con la economía local de los destinos visitados que las toneladas de desechos que descarga a su llegada, se calcula que un crucerista genera al día más de 350 litros de desechos y basura.[1] Según Transport & Environmental[2] los cruceros contaminan más el medio ambiente que los coches, pues sus emisiones de SOx forman aerosoles de sulfato que acidifica el medio ambiente terrestre y acuático, comportando un grave riesgo para la salud humana.

Asimismo, las grandes empresas de cruceros establecen muchas veces solo una relación marginal con los puertos visitados y los proveedores locales de suministros básicos. Aunque con sede en EEUU y Europa, estas corporaciones están constituidas legalmente en paraísos fiscales y se rigen por una laxa normativa laboral que permite brindar sus servicios a bordo a través de la subcontratación de un staff de trabajadores internacionales cuyas condiciones de vida, salud y trabajo no siempre son las idóneas.

Un crucerista mediterráneo puede observar fácilmente que la organización interna del barco suele otorgar las actividades laborales más duras -como la cocina, la limpieza o el mantenimiento- a trabajadores básicamente asiáticos; mientras que en los servicios de restauración, tiendas, agencias, salones de belleza, Spas y esparcimiento abundan los latinoamericanos, y tan solo el Staff Mayor –capitanes, oficiales, ingenieros, managers- son puestos ocupados por norteamericanos o europeos, en una especie de especialización internacional bajo la premisa de una cierta precarización laboral.

Del mismo modo, sus condiciones laborales parecen ser distintas según el colectivo, derivado de su origen de contratación y/o la actividad que realizan. Más la mayoría están obligados a cumplir con largas jornadas laborales, a ceñirse a una constante rotación de personal, aceptar la corta periodicidad de sus contratos o la carencia de una cobertura médica universal y muchas veces la ausencia de cotización u otros derechos, todas ellas pautas inequívocas de sus precarias condiciones laborales.

 

Foto: Exposición de Bansky en la plaza San Marcos. Fuente: Cuatro al día, 23.05.2019.

 

En suma, y tal como lo denunciaba Bansky en su reciente exposición de la plaza San Marcos en Venecia, la industria del turismo de cruceros se nos presenta como un gran rompecabezas que irrumpe en nuestro entorno, un fenómeno mucho más complejo de lo que parece a simple vista, por ello es necesario que, desde la Ordenación Territorial identifiquemos todas sus aristas - sus retos de operatividad marítima, de sostenibilidad ambiental, el impacto en nuestros entornos urbanos y sociales- y las abordemos de forma integral de la mano de una regulación ambiental y laboral más justa, más ética.

 

 

 

Por Verónica Quiroz López

Profesora del Master en Planificación y Desarrollo Territorial, UNIBA

Referencias

CLIA (2019) Estadísticas mundiales de pasajeros de Cruceros, 2018 Cruisse Lines International, Association. Consultado el 20.07.2019 en www.ingenierosnavales.com

Castillo M, J.I. et all. (2018) What does cruise passengers’ satisfaction depend on? Does size really matter?, International Journal of Hospitality Management, Volume 75, September 2018, p. 111-118.

Molleví, G y Quiroz, V (2018) “Oportunidades y desafíos del turismo de cruceros a la gestión urbana” en Los retos del turismo: lecturas, reflexiones y estudios de caso, Biblioteca Universitaria CEDEU, CETA, Universidad Rey Juan Carlos, Publicaciones Delta, pp. 45-62.


[1] Según datos de Oceana, organización internacional dedicada a la conservación del medio marino.

[2] T&E es la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, una organización no gubernamental con más de 30 años promoviendo el transporte sostenible en el continente.


[1] “Desafíos del turismo de cruceros a la gestión urbana”, Verónica Quiroz, 17.09.2017, UNIBA.


[1]Al antiguo reclamo de organizaciones civiles venecianas para que estos grandes cruceros no entren más a la bahía de Guidecca se agregaron mandos políticos de la ciudad. El español, 2 junio, 2019.

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