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¿Qué características debe reunir un buen entrenador personal?

 
entrenador personal

Pese a las recomendaciones de la OMS, menos de la mitad de la población española y latinoamericana hace ejercicio de forma regular.

Desde el 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando acerca de  la necesidad de combatir los principales factores de riesgo de las enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, la diabetes, las dolencias cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Entre ellos, cabe destacar la preocupante incidencia de la vida sedentaria: un hábito generalizado que conviene combatir, y que exige la colaboración de diversos expertos. Y en este colectivo de especialistas, la figura del entrenador personal está llamada a desempeñar un papel clave.

Toca hacer examen de conciencia: aunque nos pese, la actividad física es la eterna asignatura pendiente en los países de habla hispana. Sin ir más lejos, en sus dos principales economías (España y México), el porcentaje de personas que hacen ejercicio con regularidad no llega a la mitad de la población (según estudios recientes, se queda en el 46% y el 44%, respectivamente).

Dentro del colectivo que sí practica deporte frecuentemente, la gimnasia de mantenimiento, el fútbol, la natación y el ciclismo son las disciplinas más socorridas, de acuerdo con un estudio del 2012 elaborado por el Consejo Superior de Deportes de España. No obstante, independientemente de cuál sea la modalidad elegida, cualquier de ellas es susceptible de ser guiada y supervisada por un entrenador personal.  A la hora de describir su función, habría que subrayar que se trata del profesional del ejercicio físico más preparado para optimizar el tiempo de las sesiones de entrenamiento, logrando así que sean más productivas y eficaces.

El entrenamiento personalizado es apto para cualquier persona, independientemente de su condición física o trayectoria, y altamente recomendable para todos aquellos que precisen de una motivación extra. Asimismo, es una garantía para conseguir los objetivos establecidos y de mantener un buen estado de salud.

Ahora bien, para que se puedan alcanzar sus metas, el entrenador personal debería reunir 10 características indispensables para desarrollar su labor correctamente. Te las resumimos a continuación:

  • Analítico. Antes de poner en marcha cualquier planning, es imprescindible evaluar el estado físico y anímico inicial de la persona a la que va a entrenar. De este modo, podrá escoger y diseñar el programa de entrenamiento más efectivo.
  • Apasionado. Hay que optar por profesionales que disfruten con su trabajo. Sólo así se logra transmitir a los clientes su pasión por el deporte y el estímulo necesario para llevar a cabo un buen plan de entrenamiento.
  • Comunicativo. Debe ser hábil justificando y explicando el porqué de las rutinas de ejercicios, para que sus pupilos conozcan la importancia de las mismas y las implicaciones en diversos ámbitos de su vida.
  • Cualificado. No hay que olvidar que la salud del deportista está en las manos de su entrenador (al menos en parte). Por esta razón, éste debe contar con una formación académica especializada y avalada por una institución oficial. Definitivamente, el músculo no puede sustituir los conocimientos acerca de la actividad física.
  • Experimentado.  En este caso, la experiencia es algo más que un grado. Cuanto mayor sea el número de deportistas (profesionales o ameteurs) con los que ha trabajado,  así como el número de horas de entrenamiento a sus espaldas, más satisfactorio será su desempeño.
  • Modélico. No sirve de nada dar instrucciones y exigir constancia si no se predica con el ejemplo.
  • Motivador. Un buen entrenador personal sabe desplegar claves y estrategias para lograr y obtener la implicación de la persona que está bajo sus órdenes.
  • No intrusivo. Diagnosticar lesiones o enfermedades no son competencias propias de un entrenador personal: de hecho, no debe recomendar la ingesta de medicamentos ni dar masajes de rehabilitación a personas que no cuenten con el alta médica. De ahí que tenga que trabajar en estrecha colaboración con profesionales de la salud.
  • Organizado. Una buena planificación es un aspecto irrenunciable a la hora de obtener los resultados fijados. Por eso, conviene que estructure bien las sesiones y que sea capaz de introducir los ajustes necesarios en función de los resultados que sus pupilos van obteniendo.
  • Realista. Es necesario que conozca las limitaciones, tanto físicas como emocionales, de las personas que tiene bajo su tutela.

Éstas son algunas de las actitudes que se trabajan y potencian en el Máster en Rendimiento Deportivo: Tecnificación y Alto Nivel de UNIBA, impartido por profesores del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña, centro de referencia en la formación de profesionales del deporte y con sedes en Barcelona y Lleida.

¿Qué te ha parecido la lista? ¿Añadirías alguna otra característica indispensable para trabajar como entrenador personal? Si es así, ¡compártela con nosotros!

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